¡Hola, gente creativa
y no tan creativa (pero con ganas de escribir)! Hoy vamos a destripar algunos
mitos que rodean al fascinante mundo de la escritura. ¿Quién no ha escuchado
eso de la musa inspiradora, el escritor ermitaño o la escritura
perfecta a la primera? Pues bien, prepárense porque vamos a desmentir estas
ideas románticas, pero a menudo poco realistas, con un poquito de… ¡datos!
Mito 1: La Musa
llega cuando quiere (y sin ella, no hay nada que hacer)
Este es el rey de los
mitos, ¿verdad? La imagen del escritor esperando pacientemente la epifanía
divina. Y sí, la inspiración es maravillosa cuando llega, pero la realidad es
que la inspiración es el resultado de la disciplina, no su precursora.
Dato a desmentir:
Muchos estudios sobre la productividad creativa demuestran que los escritores
más prolíficos y exitosos son aquellos que tienen rutinas de escritura
regulares. No importa si es media hora al día o cuatro. Lo importante es
sentarse, día tras día, incluso cuando no te apetece. Es como ir al gimnasio;
no siempre tienes ganas, pero sabes que si no vas, no verás resultados. La
"musa" muchas veces aparece cuando ya estás manos a la obra, en pleno
trabajo.
Mito 2: Necesitas
un escritorio de ensueño y un silencio sepulcral
A ver, ¿quién no ha
fantaseado con ese estudio perfecto, lleno de libros antiguos, con vistas a un
bosque o al mar, y un silencio que podrías cortar con un cuchillo? Suena
idílico, pero es otra trampa para la procrastinación.
Dato a desmentir:
La verdad es que la gente escribe en los lugares más insospechados. J.K.
Rowling escribió parte de Harry Potter en una cafetería ruidosa. Ernest
Hemingway escribía de pie. Hoy en día, con la flexibilidad del trabajo, vemos a
personas escribiendo en bibliotecas, parques, trenes, ¡hasta en la cocina
mientras los niños duermen! La clave no es el entorno perfecto, sino encontrar
el lugar donde te sientes cómodo y puedes concentrarte lo suficiente. Tu
escritorio puede ser tu mesa de comedor, y tu "silencio sepulcral"
puede ser el ruido blanco de unos auriculares.
Mito 3: La primera
versión tiene que ser perfecta (o al menos muy buena)
¡Uf, este es un peso
enorme para muchos! La idea de que cada palabra debe estar en su sitio, cada
frase pulida, desde el principio. Esto lleva a muchos a la parálisis del
análisis y a no empezar nunca.
Dato a desmentir:
Casi todos los escritores profesionales te dirán lo mismo: el primer
borrador es solo eso, un borrador. Está hecho para volcar ideas, para
explorar, para cometer errores. De hecho, muchos recomiendan escribir el primer
borrador lo más rápido posible, sin preocuparse por la gramática, la ortografía
o la calidad. Stephen King, por ejemplo, es un firme defensor de escribir el
primer borrador a puerta cerrada y sin interrupciones. La magia, o el trabajo
duro, de pulir el texto viene después, en las múltiples revisiones. Los
datos demuestran que las mejores obras son el resultado de un proceso iterativo
de escritura y reescritura.
Mito 4: Todos los
escritores son lobos solitarios e introvertidos
Es cierto que la
escritura es una actividad individual, pero la imagen del escritor recluso que
evita el contacto humano es, en gran medida, una exageración.
Dato a desmentir:
Si bien muchos escritores disfrutan de su tiempo a solas, también necesitan interactuar,
observar, investigar y, a menudo, recibir retroalimentación. Muchos autores
participan en talleres de escritura, grupos de crítica, ferias de libros, y
usan las redes sociales para conectar con otros. La soledad excesiva puede
llevar al estancamiento. Las historias a menudo nacen de la observación de la
vida y de la interacción con los demás. De hecho, los datos muestran que la
colaboración y el networking pueden ser muy beneficiosos para el
desarrollo de un escritor.
Conclusión: ¡A
escribir sin complejos!
Así que, si te habías
creído alguno de estos mitos, ¡es hora de soltarlos! La escritura no es un don
mágico reservado para unos pocos elegidos con vidas de ensueño. Es una habilidad
que se desarrolla con la práctica, la disciplina y la perseverancia.
Deja de esperar a la
musa, busca tu rincón (aunque sea el de la cocina), abraza el primer borrador
desordenado y conéctate con el mundo. La mejor manera de convertirse en un
escritor es, sencillamente, escribir.
¿Qué otros mitos de
la escritura crees que deberíamos desmontar? ¡Cuéntame en los comentarios!
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