A ver, el mundo de los libros puede parecer muy serio, con
sus autores sesudos y sus obras maestras. Pero ¡qué va! La historia de la
literatura está llena de escándalos, polémicas y juicios que harían
palidecer a cualquier reality show de hoy. Desde el siglo XIX hasta
ahora mismo, los libros han sido un motivo recurrente para el salseo, y es que
parece que el escándalo es una parte intrínseca de lo que leemos.
¡Cosas de Ayer! Cuando un Libro Te Llevaba al Juzgado
En otras épocas, lo que hoy nos parece normal, antes podía
acabar en un banquillo:
- Madame
Bovary de Gustave Flaubert (1856-1857): Imagínate, una mujer, Emma
Bovary, que se aburre de su vida conyugal, sueña con el amor romántico de
las novelas y se mete en líos y adulterios. Pues este libro, que ahora es
un clásico de la literatura realista, llevó a Flaubert a juicio. ¿El
cargo? ¡Atentar contra la moral y las buenas costumbres! La
sociedad de la época no podía soportar que se mostrara a una mujer
adúltera de forma tan "realista" o que se sugiriera que el deseo
femenino existía fuera del matrimonio. Para ellos, era un peligro para la
moral de la sociedad. Afortunadamente, Flaubert fue absuelto, pero el
escándalo le dio una publicidad brutal a la novela.
- Las
flores del mal de Charles Baudelaire (1857): El mismo año que Madame
Bovary, este poemario también acabó en los tribunales. Baudelaire, un
poeta revolucionario, se atrevió a escribir sobre lo que para muchos era
la "suciedad" de París, la hipocresía, el vicio, la sexualidad y
la melancolía de una forma cruda y sin tapujos. ¿El resultado? El tribunal
lo multó y le ordenó retirar seis poemas por "obscenidad e
inmoralidad". Imagínate, un poeta censurado por atreverse a mirar la
oscuridad del alma. Hoy, esos poemas son considerados obras maestras.
- El
amante de Lady Chatterley de D.H. Lawrence (1928, pero el juicio gordo
fue en los 60): Este es un caso de censura brutal por contenido
sexual. La novela cuenta la historia de una mujer de la alta sociedad que
tiene una aventura con su guardabosques. Lo escandaloso no era solo el
adulterio, sino las descripciones explícitas de sexo y el uso de
lenguaje "vulgar" en un libro. Fue prohibida en muchos países
durante décadas. El juicio en Reino Unido en 1960 fue un hito: la
editorial Penguin Books fue juzgada por obscenidad, y ganaron. Esto abrió
la veda para mucha más libertad en la publicación.
Salseo del Siglo XXI: Plagios, Identidades Falsas y el
Morbo de la Red
Los escándalos literarios no se quedaron en el siglo XIX.
Con la era digital, la cosa se ha puesto más complicada y a veces, más rara:
- Plagios
y "autoficción" que se pasa de la raya: El plagio siempre ha
existido, pero ahora, con internet, es más fácil de pillar (o más difícil
de esconder). Hay casos famosos de autores que han sido pillados copiando
frases enteras o ideas. Y luego está esa línea difusa de la autoficción,
donde el autor mezcla su vida con la ficción. A veces, eso ha llevado a
polémicas sobre si se han usado vidas ajenas sin permiso o si se ha
"ficcionalizado" demasiado la realidad de otros.
- Identidades
falsas y pseudónimos con sorpresa (El caso JT LeRoy): Este es uno de
los más locos. A finales de los 90 y principios de los 2000, un
"autor" llamado JT LeRoy se hizo famoso con novelas
crudas sobre la vida en la calle, la prostitución y el abuso. Se le
presentó como un joven andrógino, exprostituto, que escribía desde el
anonimato. La crítica y Hollywood lo adoraban. Pero en 2005, se descubrió
que JT LeRoy era un personaje ficticio creado por una escritora
llamada Laura Albert, y que quien aparecía en público como JT era su
cuñada. Fue un escándalo gigantesco sobre la autoría, la verdad en la
ficción y la manipulación de la imagen. La historia se hizo más famosa que
las novelas.
- Las
"memorias" que no eran ciertas: Hemos visto casos de
supuestas memorias que luego se ha descubierto que eran total o
parcialmente inventadas, como el de James Frey con Un millón de
pequeñas piezas. Esto genera una crisis de confianza entre el lector y
el autor, y pone en el punto de mira la autenticidad en la literatura.
- Ataques
en redes sociales y la "cancelación": Hoy, una frase fuera
de tono, una opinión que no encaja con la mayoría o una idea que se
considere "problemática" puede generar una avalancha de críticas
en redes sociales. Hay autores que han sido "cancelados" o
fuertemente criticados por lo que escriben o por lo que dicen fuera de sus
libros. El debate sobre la libertad de expresión y la responsabilidad del
autor es más complejo que nunca.
El escándalo, entonces, no es un bache en la historia de la
literatura, sino una parte fundamental de ella. A menudo, ha sido el motor del
cambio, el que ha empujado los límites de lo que se puede decir o escribir.
¿De Qué Nos Escandalizamos Hoy? La Evolución de la Moral
Social
Los límites de lo "escandaloso" son como una goma
elástica que se estira y se encoge con las décadas. Lo que ayer era un
escándalo, hoy nos parece de lo más normal:
- De
la sexualidad explícita a la violencia y el discurso de odio: Antes,
el sexo en los libros era el gran tabú. Hoy, la sexualidad explícita está
mucho más normalizada (aunque sigue habiendo debates). Lo que más nos
escandaliza hoy suele ser la violencia extrema (especialmente si es
contra grupos vulnerables), el discurso de odio (racismo, machismo,
homofobia explícitos), o la manipulación de la verdad (como en los
plagios o identidades falsas). La sensibilidad social ha cambiado.
- De
la crítica a la moral a la crítica a la corrección política: En el
siglo XIX, un autor era juzgado por ir contra la moral establecida. Hoy, a
veces, se le juzga por ir contra lo que se considera "políticamente
correcto" o por no representar adecuadamente a ciertos grupos. El
debate se ha movido de la moralidad religiosa a la moralidad social y de
la identidad.
- El
poder de la masa: Antes, los juicios los dictaban tribunales. Hoy, la
"sentencia" a menudo la dictan las redes sociales, un tribunal
mucho más rápido y sin reglas, donde el linchamiento público es
instantáneo y difícil de borrar.
Los escándalos literarios son como un termómetro de la
sociedad. Nos muestran qué nos inquieta, qué nos da miedo, qué consideramos
inaceptable en cada momento. Y si un libro genera polémica, a menudo es porque
ha tocado una fibra sensible, ha puesto el dedo en la llaga o ha desafiado una
norma que, quizás, ya no tiene sentido. Al final, las polémicas no son el
enemigo, sino parte del juego que nos ayuda a entender mejor el mundo y a
nosotros mismos.
Y tú, ¿qué escándalo literario te ha dejado más
boquiabierto? ¿Crees que hoy se censuran más las ideas que el sexo en los
libros?
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