¡De "Mujercitas" a Mujerones! Cómo el Clásico se Adapta (y Nos Habla) en Cada Época

 

A ver, si hay un libro que ha pasado de generación en generación y que casi seguro que tu abuela, tu madre y tú habéis leído (o visto en el cine), ese es Mujercitas. La novela de Louisa May Alcott, publicada en 1868, es un clásico por derecho propio. Pero lo más curioso es cómo esta historia de cuatro hermanas en la Guerra Civil Americana ha sido un espejo de cada época a través de sus muchísimas adaptaciones. Cada vez que la han llevado al cine o a la tele, han metido un poco de los valores y las preocupaciones de ese momento. ¡Es una pasada ver cómo cambia sin dejar de ser la misma!

Las March en el Tiempo: Un Paseo por las Adaptaciones

Desde la primera versión muda de 1917 hasta la peli de Greta Gerwig hace unos años, Mujercitas ha sido adaptada un montón de veces. Y en cada una, se nota cómo la sociedad veía a las mujeres y qué se esperaba de ellas:

  • Primeras Versiones (Mudas y Clásicas como la de 1933 con Katharine Hepburn o la de 1949 con June Allyson):
    • Aquí, el foco estaba muy puesto en los valores tradicionales. La familia, la moralidad, el sacrificio por los demás. Las chicas eran encantadoras, sí, pero su independencia femenina era más bien un "atrevimiento" que se normalizaba al final.
    • Jo March, la rebelde, era vista con simpatía, pero su destino final siempre la llevaba a un matrimonio y a un rol más convencional, aunque fuera con un "intelectual" que la entendía. Se enfatizaba la calidez del hogar y la importancia de las virtudes femeninas de la época.
    • La estética era más teatral, con un romanticismo un poco idealizado de la época.
  • La Versión de 1994 (con Winona Ryder):
    • Esta peli llegó en los 90, con el feminismo ya más asentado y la idea de que las mujeres podían tener más opciones. Aquí, la independencia femenina de Jo se subraya mucho más. Se nota su lucha por ser escritora, su rechazo inicial al matrimonio y su deseo de libertad.
    • Las aspiraciones artísticas de Jo, Beth y Amy son más visibles y se les da más peso.
    • Aunque el final sigue siendo el mismo en cuanto a los matrimonios, la película se esfuerza por mostrar a las hermanas como dueñas de sus decisiones, incluso si estas incluyen el amor y la familia. La escena de Jo y Laurie es más intensa y llena de "tensión sexual no resuelta".
  • La Versión de Greta Gerwig (2019): ¡La Revolución!
    • Esta es la que le dio una vuelta de tuerca brutal. Gerwig, una directora feminista y muy inteligente, no solo adaptó la historia, sino que la reinterpretó por completo.
    • Estructura narrativa innovadora: La peli de Gerwig salta en el tiempo. Mezcla el pasado (la juventud de las hermanas) con el presente (su vida adulta) de una forma no lineal. Esto permite ver los sueños de la niñez junto a la realidad de la adultez, y cómo las expectativas de las mujeres se cumplen o no.
    • Independencia y Dinero: Gerwig hace un énfasis enorme en la necesidad económica de las mujeres. Jo no solo quiere escribir por pasión, sino porque las mujeres necesitan ser independientes financieramente. El diálogo sobre el matrimonio como "una propuesta económica" es un puntazo. La lucha por los derechos de autor de Jo se vuelve crucial.
    • Aspiraciones artísticas: Se le da mucho más peso a la vocación de cada hermana, no solo la de Jo. La pintura de Amy, la música de Beth, la actuación de Meg... sus talentos son esenciales para su identidad.
    • Opciones matrimoniales y el final de Jo: Esta es la joya de la corona de Gerwig. La película cuestiona el final "romántico" de Jo y Laurie. Jo dice claramente que el matrimonio no es para ella, que quiere independencia. Y el final es ambiguo: Jo "acepta" el matrimonio con el profesor Bhaer, pero la película lo presenta casi como una negociación editorial. Es un final agridulce que sugiere que Jo tuvo que sacrificar parte de su independencia para que su libro se publicara. ¡Es una crítica directa a lo que le pasó a Alcott!


La Verdadera Rebelde: Louisa May Alcott y Su Lucha con Jo March

Aquí es donde la historia se pone aún más interesante. Louisa May Alcott no era la típica "señorita" victoriana:

  • Vida Bohemio-Feminista: Alcott era una mujer muy independiente, criada en un ambiente progresista (su padre era amigo de Emerson y Thoreau). Fue sufragista, abolicionista y, sobre todo, una trabajadora incansable que mantuvo a su familia con su escritura. Ella misma vivió la pobreza y la necesidad de ganarse la vida.
  • Jo March es Alcott (o casi): La personalidad de Jo, su rebeldía, su pasión por escribir, su rechazo a los roles femeninos de la época, todo eso es un reflejo clarísimo de la propia Louisa. Jo es su alter ego, la mujer que ella quería ser y, en gran medida, fue.
  • El "final romántico" (¡a la fuerza!): La novela de Mujercitas terminó siendo un best-seller inesperado. Pero los lectores, sobre todo las lectoras jóvenes, no paraban de preguntar: "¿Con quién se casa Jo?". La presión del editor y del público era brutal para que Jo se casara. Alcott se sentía frustrada por esto. Ella quería que Jo fuera una "solterona literaria", libre y dedicada a su arte. Pero se vio obligada a casarla con el profesor Bhaer, un personaje que a ella misma no le terminaba de convencer como pareja para Jo. De hecho, se rumorea que lo eligió precisamente porque no era un tipo atractivo ni un galán, para que el romance no fuera lo más importante. La frase "Me casé con Jo por dinero" (refiriéndose a la paga que le daría el editor) se le atribuye a Alcott, reflejando su descontento.

Ese "final romántico" de Jo, impuesto por la presión comercial, es una de las grandes ironías de la historia literaria y una de las cosas que la adaptación de Gerwig subraya de forma magistral.


Un Legado que Sigue Dando Qué Hablar

Mujercitas es mucho más que una novelita para niñas. Es un texto que, a través de sus distintas vidas en la pantalla, nos ha permitido ver cómo evoluciona la sociedad, cómo cambian las expectativas sobre las mujeres y cómo la independencia femenina ha pasado de ser un sueño rebelde a una necesidad.

Cada adaptación es una ventana a su época, un recordatorio de que los clásicos son clásicos precisamente porque, aunque pasen los años, siguen teniendo algo relevante que contarnos sobre nosotros mismos. Y la historia de Louisa May Alcott y su Jo March es el mejor ejemplo de que las "mujercitas" siempre han sido mucho más grandes y complejas de lo que a veces las hemos querido ver.


¿Cuál es tu versión favorita de Mujercitas y por qué crees que te conecta más con ella? ¿Sientes que la Jo March de hoy es muy diferente a la que imaginaron tus abuelas?

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